En las Ordenanzas de 1487 se prohibía echar basuras en las calles y caños de la ciudad, así como arrojar agua u otros desperdicios por las ventanas, y se obligaba a cada vecino a contribuir a la limpieza de la ciudad limpiando semanalmente -cada sábado- el trozo de calle que correspondía a su casa (Ordenanzas 10 y 17). Fray Juan de Vitoria a finales del siglo XVI mencionaba la existencia de un "alcalde de las basuras", encargado de la limpieza de las fuentes, arroyos, plazas, calles, etc. y de castigar a los que ensuciaran el recinto urbano. Sin embargo, los principales encargados de la limpieza debían ser los propios vecinos por las disposiciones dadas a fin de que se limpiaran las calles cuando había procesiones u otros acontecimientos en la ciudad. Se debían de sacar los muladares fuera de la muralla. Se debía mantener a los animales fuera del recinto urbano. Se construían tapias para impedir que "necesarias" y letrinas quedaran a la vista. https://www.einforma.com/informacion-empresa/basuras-vitoria
En 1431 la villa de Vitoria recibió el título de ciudad. El bullicio y la curiosidad se hacían notar los días de mercado y durante las ferias. La celebración de los mercados se debía realizar alternativamente, por orden de los Reyes Católicos, en la plaza situada enfrente de las calles Cuchillería, Pintorería y Judería o en la plaza enfrente de las calles Correría, Zapatería y Herrería. Los Reyes Católicos también solicitaron a Vitoria fuerzas militares para la toma del reino musulmán de Granada. Las victorias militares sobre el Islám eran celebradas con pompa y alegría por los vecinos de la ciudad. El concejo se encargaba de organizar este tipo de festividades. Vitoria tenía entre 4000 y 5000 habitantes.